sábado, 23 de abril de 2011

TENERIFE BLUETRAIL. La entrega definitiva. (y 3)

Antes de proseguir donde lo habíamos dejado en el capítulo anterior, indicar que el chico de Huesca al que he aludido en alguna ocasión y que terminó en 4ª posición, tiene nombre y apellidos (como todos los chicos de Huesca, supongo) y es Roberto Anes Pérez, del club Peña Guara.


Enhorabuena Roberto. Buena carrera la tuya.

Dicho lo cual, nos habíamos quedado en la línea de meta saludando a Miguel Heras y Pablo Criado, 1º y 3º respectivamente en esta Bluetrail. El 2º estaba camino de la ducha y era el atleta local y amigo J. David Lutzardo.

Estaba uno contando la dureza de los últimos 30 kms de la carrera, aún sin desprenderse de la mochila raidrunner de Raidlight, cuando apareció el carismático Basilio Bravo (co-organizador de la difunta CruzaTenerife e inquieto aventurero, entre otras cosas de mayor o menor importancia) con un botellín de agua y un refresco de cola Light, y después de felicitarme por mi carrera me los entregó amablemente, indicándome de paso la carpa donde se devolvía el chip y se recogía la fianza.

Fui saludando a la gente conocida que se encontraba por la meta, Rocío, César, entre otr@s, que habían transportado mi equipaje desde Los Cristianos y lo tenían allí, a pié de meta, para que yo pudiera tener acceso rápido a el. Eso tendría que ser algo más tarde. En ese momento lo que tocaba era disfrutar del ambiente de meta y ver como iban entrando nuevos corredores.

Cuando, después de quitarme la mochila, fui a devolver el chip y a coger más bebida, me sorprendió ver al gran Goyo Armas vestido de calle. Que raro, pensé. Si está fuerte el tío, no en vano viene de ganar hace poco la 1ª edición de la LavaTrail de Lanzarote, pero cuando me acerque a saludarle, me contaba que se empezó a encontrar mal, sin saber muy bien porque, y le fue imposible continuar en carrera y tuvo que retirarse. Lástima, porque no pudimos reeditar viejos duelos. Él adelantándome en las subidas y yo rebasándolo en las bajadas. En la próxima Transvulcania tendremos ocasión de medir nuevamente nuestras fuerzas. Ojala para entonces, ninguno de los dos nos veamos en problemas y podamos cruzar la meta, que es el objetivo mínimo que tod@s nos marcamos cuando empezamos una prueba.

Vi a Basilio Bravo dentro de una de las carpas y me fui a felicitarle por la carrera, diciéndole que me había parecido espectacular el recorrido, destacando la dureza de los 30 últimos Kms. El sendero de los Órganos y el Portillo del Topo, en particular. Le dije que lo mismo tendrían que ir a rescatar a más de un@ de allí, porque a mí se me había hecho eterno ese tramo de carrera y pensaba que l@s que fueran peor y, o, lo hicieran de noche, igual no salían de allí.

Me comentó que ya habían pasado 13 horas desde que a las 00:00h se iniciara la Bluetrail y que sólo habíamos entrado 7 corredores de la ultra. Sin duda iba a ser un día muy largo para tod@s, especialmente para voluntarios y organización. (Luego me enteré que Basilio no formaba parte del organigrama de esta Bluetrail, sino que le habían contratado para la ocasión. En cualquier caso, creo que a tod@s nos alegró verle por allí)

En un momento dado, decidí que ya tocaba darse una ducha calentita y comer algo salado e incluso caliente. Así que pregunté por las duchas y hacía allí me encaminé, con la mochila del equipaje que me habían custodiado Rocío y César.

Las duchas estaban ubicadas en el Centro de Deportes y no resultó fácil de localizar. Fui bajando por una calle hasta pasar la policía local, pero allí estaba un poco desorientado. Tanto, que un coche que pasó, se detuvo a mi altura, bajó la ventanilla y casi al unísono un matrimonio de mediana edad me preguntó que estaba buscando. Les dije que el Centro de deportes, y me dijeron que subiera al auto que ellos me llevaban, ya que estaba lejos. Agradeciendo su amabilidad y simpatía, les dije que no se preocuparan, que iba andando que me venía bien soltar las piernas. Ellos seguían insistiendo, pero a cabezón nadie me gana, y cuando vieron que no iba a subir, me dieron las indicaciones claras y oportunas para llegar.

Una simpática voluntaria estaba en la entrada del Centro de deportes y me guió a las duchas, indicándome que también tenía servicio de masajes y paella recién hecha.

Pasé delante de la paella, las camillas para los masajes y tod@s los voluntari@s masajistas, que en ese momento estaban dando cuenta del arroz.

Entré en las duchas, y ahí si que fui el 1º de esta Bluetrail. Al poco hicieron su aparición el cántabro del Grupo de Montaña Torre del Friero, Pablo Criado y el asturiano del llagar de Juan Peña, Rubén González (3º en la trail) con los que mantuve una amena conversación que acababa en risas una vez sí, y otra también.

No conocía a Rubén, pero me contó una anécdota graciosa que le había ocurrido en la carrera del Alto Sil de pasado mes de Marzo, y a la que uno que yo me sé no se presentó por no se que problemas con las sábanas. No digo más……

Bueno, pues el caso es que hubo un chico que se paso todo el día llamándole Chelis, confundiéndole claramente con un servidor.

Anécdotas al margen, y después de la reconfortante ducha, nos fuimos los tres a la zona de masajes. A mi me tocaron dos chicas guapísimas y simpatiquísimas que poco pudieron hacer en sus intentos de estirar mis isquios, dada mi condición de maderito. Tumbado boca arriba, me cogian una pierna y trataban de formar un ángulo de menos de 90º en relación a mi tronco. ¿De verdad que no puedes llevar la pierna más allá? Se preguntaban, incrédulas. Sí, les dije. Soy todo un prodigio de elasticidad. ¿Pero no estiras? Seguían interrogando, extrañadas. No, fue mi respuesta. Nunca estiro.

Bueno dando por imposible los estiramientos musculares, se centraron en el masaje, más preocupadas por si me hacían daño que otra cosa. No os preocupéis, les dije. Soy rígido, pero irrompible

Justo al acabar el masaje, apareció otro gran atleta, ocasional speaker y colaborador de revistas especializadas de esto del correr. El vallisoletano José Antonio De Pablo Mozo, más conocido como “Depa”. Había corrido la media Trail (21Kms) quedando en 2ª posición. Según contaba, llevaba desde la GoreTex Transalpine Run 2010, donde coincidí con él, sin tocar la montaña. Sin duda otro crack.

Una vez masajeados, decidimos que lo suyo era ir a la zona de meta para ver llegar a Ana Bustamante, la pareja de Pablo, entre otr@s. También tendrían que llegar otr@s much@s amig@s, Lidia y Samuel Arroyo entre otr@s, si no lo habían hecho ya.

No obstante, abandonamos el complejo deportivo dando cuenta de sendos platos de paella.

Como el desnivel que había que superar desde el Centro de Deportes hasta la plaza donde se ubicaba la meta era considerable, la organización, con buen criterio había dispuesto unos minibuses que a intervalos de 20’ transportaban a los corredores de meta a las ducha y de las duchas a meta. Yo me había saltado el de bajada, pero no estaba por la labor de hacerlo con el de subida, así que después de un rato de espera, apareció el transporte y en menos de lo que canta un gallo estábamos de nuevo en lo que, en esos instantes, era el epicentro de la Bluetrail.

Cuando ocupamos de nuevo sitio en los escalones de la plaza, bajo la inclemencia de un sol de justicia, ya habían hecho su entrada en meta, entre otr@s un viejo conocido, Héctor Romero en 8ª posición, la inconmensurable Nerea Martínez en el puesto 10 y 1ª fémina, y el amigo Alexis en la posición 13, cerrando el grupo de los sub 14 horas.

Tampoco vimos entrar a Ser13gio (14º) ni al dúo dinámico Víctor Delgado y Arturo Herrera de León (15º y 16º), todos ellos por debajo de las 15 horas.

Más suerte tuvimos viendo entrar a Ángel Yuste (19º y 1º vet2), José Carlos García Facundo (22), el muflón del Teide (23) y el incombustible Samuel Arroyo (24), entrando por debajo de las 16 horas. Antes había entrado Lidia firmando el 2º puesto en el trail de 52Kms y ya nos contaba que el bueno de Samuel no iba fino.

Por fin Pablo pudo sonreír cuando apareció en meta Ana Bustamante (40ª, 2ª vet 1 y 3ª fémina). Antes había hecho su aparición Miguel Ángel Hernández (31º) Un poco más tarde Carmelo Zerpa (43º) y novia Susana (44ª), cogidos de la mano, y sonriendo como si vinieran de un paseo, sólo que con el premio añadido de los 3 puntos que les faltaban para ir en 2012 al UTMB.

Javier Sánchez (50), Emilio Padilla (55º), Federico Blanco (81º), compañero este último del Tierra Trágame y con un curriculum de pruebas de larga distancia terminadas de quitar el hipo.

Cristián Bruno (83) también tuvo la suerte de finalizar la Bluetrail y así hasta Sol Grau y David Casimiro que se encargaron de cerrar la clasificación de la modalidad ultra de 95kms.

Premios de la trail y la media a las 19:00h y después el grupito que formamos los Cántabros, Ana, Pablo y su padre, Los bilbaínos Lidia y Samuel y el gallego afincado en Madrid que suscribe, nos fuimos a tomar una pizza en espera de que dieran las 21:00h para subir todos al podium, excepto Samuel que no tuvo un buen día y el padre de Pablo que no corrió.

6 éramos en la mesa de la pizzería y 6 pizzas distintas que pedimos para compartir en mesa comunitaria. Una vez dimos cuenta de ellas, y después de una agradable tertulia nos encaminamos de nuevo a la plaza para recibir los honores de nuestra batalla contra los elementos, que en esta ocasión “sólo” fueron la distancia, el desnivel y el crono. La meteo fue favorable esta vez y no como en la vecina isla de Gran Canaria durante la pasada trans.

Recogidos los trofeos (una curiosa y a mi gusto bonita pieza de madera de ¿sándalo? Con el logo de la Bluetrail) llegó el momento que menos gusta de estas historias, y es el de las despedidas. Hubo gente que lo hizo de manera rápida para irse a ver el Madrid-Barça, y algun@s nos hicimos los remolones, como si quisiéramos que algo tan inevitable no sucediera.

Finalmente, y dado que había sido invitado a pernoctar en La Laguna en casa de Carmelo, Susana, Carmelo y yo mismo nos fuimos en busca de su flamante Toyota station wagon.

Llegamos a La Laguna y una vez me fue asignado mi cuarto, estuvimos de charleta en el salón hasta que alguien dijo, “vámonos a la cama” que sino aún estaríamos allí sentados conversando.

Al día siguiente amaneció el día cubierto y con una densa niebla, a lo que Carmelo me dijo “Bienvenido a Mordor”, Y es que, por lo visto, suele ser habitual que esta zona esté a menudo cubierta por una densa niebla.

Después de un opíparo desayuno, una ducha, recoger el cuarto, y agrupar las pertenencias propias, salimos hacía Anaga, puesto que habíamos quedado con Rocío, César y Cristian para dar una vuelta por tan paradisiaco paraje y después comer en un restaurante típico, el no menos típico puchero canario.

La mañana no acompañaba en lo meteorológico y además de la niebla, había vientos huracanados y cuando pararon estos, una intensa lluvia.

Dimos un recorrido en coche hasta el caserío de Chinamada, donde había unas vistas espectaculares aunque Eolo se encargó de que fueran ocultadas rápidamente entre la niebla. Es una zona donde abundan las casas cueva, y en una de ellas hay un restaurante donde degustamos unas fantásticas tortas dulces de gofio, preludio del banquete que nos íbamos a dar en la Cruz del Carmen. Nos costo Dios y ayuda llegar del aparcamiento al bar y luego volver del bar al aparcamiento, a consecuencia del fuerte viento que soplaba, pero al final conseguimos superar la prueba.

Una vez en los coches, tomamos dirección a la Cruz del Carmen donde teníamos reservada mesa para 10 comensales.

Salir del coche en medio del temporal y alcanzar el restaurante puso a prueba nuestra habilidad para tratar de no llegar empapados.

Rocío, César, Susana, Carmelo, Cristián, Darío Dorta, su mujer, hija (por cierto, con unos ojazos espectaculares) y padres, y uno mismo completábamos la mesa.

Entrantes de picar fueron el preámbulo a lo mejor del día, un fantástico Escaldón con mojo picón, cebolla y tomate. Luego un extraordinario puchero canario que estaba de rechupete y para traca final un supremo frangollo para redondear el festín.

Todo en un ambiente cordial y distendido, donde disfruté mayormente de la verborrea entretenida y simpática del padre de Darío, el cual estaba sentado a mi derecha.

Impresionante grupo, en el cual me daba la sensación de haber estado siempre integrado dada la cercanía y la naturalidad con la que me habían acogido durante este maravilloso fin de semana.

Necesitaría no menos de 2 ó 3 entradas para agradecer todo lo que esta buena gente del Tenerife Trail han hecho por mi durante esta Bluetrail, pero trataré de ser conciso y breve que ya está siendo demasiada larga esta crónica por entregas.

Como decía Jack el destripador: “Vayamos por partes”:

Felicitar a los Tinerfeñ@s por la isla tan espectacular que tienen.

A tod@s los que han tenido algo que ver en que esta Tenerife Bluetrail haya sido la realidad que es, muchas gracias. Aún estoy emocionado.

Cabildo de Tenerife, patrocinadores, organizadoras/es, voluntari@s, corredoras/es, público….a tod@s, muchas gracias por darnos un fin de semana tan inolvidable.

A Carmelo Zerpa, Susana, Rocio, César, Cristian y en extensión a tod@s los miembros de Tenerife Trail, muchas gracias por la hospitalidad y por todo lo que me habéis dado.

A tod@s los amig@s con los que me he vuelto a ver en esta prueba, gracias por estar siempre ahí. Y a los que he conocido en esta ocasión, gracias por vuestra complicidad.

A toda la gente que gritaba “Vamos Chelis” en los puntos de control, muchas gracias. En especial a la mujer e hija de José Carlos y la novia de un fuera de serie como J. David Lutzardo que estuvieron toda la noche siguiendo la carrera.

Dar la enhorabuena a tod@s los participantes que tuvieron la suerte de finalizar esta Bluetrail y ánimos a los que por una u otra razón no pudieron llevar su sueño hasta la plaza de la Orotava.

Por último, quiero pedir perdón a la gente que no haya nombrado en esta crónica. Seguro que alguien se me escapa y para evitar eso, quizás hubiera estado mejor no personalizar para no caer en ese error. Pero siempre que se actúa con buena voluntad y de buena fe, pienso que nadie debiera sentirse ofendido. Si a pesar de eso, así fuera, nada más lejos de mi intención.

Que nadie se me enfade, hombre. Les tengo a tod@s en mi corazoncito.

La cruzaTenerife murió. (Mejor no entrar en detalles) Larga vida a la Tenerife Bluetrail.


Clasificaciones . http://www.tenerifebluetrail.com/participa/general_ultratrail_completa.html

Estudio tiempos de paso TENERIFE TRAIL: http://tenerifetrail.blogspot.com/2011/04/estudio-ultra-tenerife-blue-trail.html

Fotos y crónicas:  http://tenerifetrail.blogspot.com/2011/04/tenerife-blue-trail-media.html

PD: (editada a las 21:57 hora peninsular)

Ya sabía yo que me olvidaba de un par de detalles importantes. Si es que debo de tener la cabeza aún en La Montaña Blanca.........
Al final de la carrera también tuve la ocasión de saludar al herreño José Ramón Ortiz-González Carballo que realizó el trail adaptado acompañando a una chica invidente, y que no corrió el ultra porque está preparando a conciencia la Transvulcania.
Y no sé como me olvidé de mecionar algo que me hizo mucha ilusión, y fue ver a mi tocayo José Luis Flebes que se acercó con su bici de carretera a la zona de meta y pudimos darnos un abrazo. Es una persona entrañable y a la que tengo especial cariño. A ver si al final te decidiste a inscribirte para La Palma, amigo.
Y lo más importante de todo. Debía de ser esta la única entrada del blog donde no había hecho mención ni a mi mujercita  ni a mi campeoncin. Y eso si que no puede ser.
Itziar, campeoncin, al final mereció la pena no veros en unos días. Me alegro de que me dejarais entrar de nuevo en casa

jueves, 21 de abril de 2011

TENERIFE BLUETRAIL.Escaldón, puchero canario y frangollo. Parte 2 (Esta vez si que llegamos a contar el fantástico almuerzo del domingo en Anaga en compañia de ami@os de Tenerife Trail, o tal vez no)

Una vez superada la Degollada de Guajara, un técnico sendero, concretamente el nº 5, me llevaría hasta enlazar con el nº 4, (lógicamente en carrera no tenía ni pajolera idea de que los senderos tuvieran nombres de números. Esta información esta sacada a posteriori del roadbook) y más tarde a una pista que, primero, en falso llano, y luego en ligero descenso me conduciría a las proximidades del Parador Nacional, para acceder al cual tocaba remontar un sendero corto y pedregoso.


Ya en el parador, Km 48 de carrera, una simpática soldado me indicaba el camino a la carpa del avituallamiento, después de regatear un imponente camión militar, a la vez que me preguntaba si tenía bolsa, y después de mi afirmativa respuesta, ordenó que la buscaran y me la trajeran.

Entré en una tienda de campaña gigante donde al momento apareció otro soldado, esta vez del genero masculino, con mi bolsa con el nº 13, como mi dorsal.

Después de agradecer tanta rapidez y eficacia, abrí la bolsa, cogí las zapatillas Salomón Slab-3 e hice el cambio por las Brooks Cascadia 6 que tan cómodamente me habían transportado hasta allí. Nunca lo había hecho. Lo de cambiar el calzado, pero alguna vez tenía que ser la primera. Además resultó ser una decisión acertada, ya que las Cascadía me resultaron comodísimas y lo que quedaba de carrera lo haría con las SLab-3, que estaban requeteprobadas, no en vano son las únicas zapatillas con las que llevo compitiendo estos últimos 2 años. Una vez cambiadas las gomas (haciendo un símil con la F1) cargué un bidón de agua y le añadí isotónico propio. Me comí un plátano y de dos lingotazos me tragué un mini-redbull y el magnesio líquido. Siguiendo con las referencias al mundo de los monoplazas, firmé una parada que ni el Minardi de Pérez Sala, en sus tiempos. Pero, emulando a Fernando Alonso, salí quemando rueda, ya que antes de abandonar el avituallamiento había entrado otro corredor.

Estaba clareando el día, y menos mal, pues el sendero por el que transcurría la carrera en suave ascenso en búsqueda de la Montaña blanca, era un pelín laberíntico y de no ser por las primeras luces del día hubiera costado un poco seguirlo. Afortunadamente la estación del teleférico me servía de guía y después de finalizado el sendero Majua, la bluetrail seguía por carretera durante algo más de 2 kms, esta vez con un pelín más de desnivel, pero perfectamente corrible. Me sorprendió el tráfico a esa hora tan temprana y un coche de la guardia civil iba unos metros por delante de mí, para servirme de protección ante el aluvión de coches que bajaban.

Justo en el momento en que se acababa la subida y comenzaba una ligera bajada, no pude evitar echar una miradita hacia atrás para ver si venía alguien cerca. Me tranquilizó no ver a nadie, pero no por eso dejé de seguir apretando la marcha.

Rápidamente, porque había poca distancia y el terreno era favorable llegué al avituallamiento líquido de la entrada a la pista de acceso a la Montaña Blanca. No paré y pregunté cuanto había de subida. Me dijeron que unos 4 Kms. Al final no fueron tantos y tampoco el desnivel era para sufrir mucho. Al contrario, era todo un disfrute para los sentidos. Sobre todo para la vista. Posiblemente una de las zonas más bonitas que he visto nunca. Impresionante el color de las piedras y de la tierra, blancas como el nombre de la montaña. Todo un mundo de contrastes, con el rojo de los alrededores. Daban ganas de sentarse y disfrutar de un paisaje espectacular. Pero no era eso lo que habíamos ido a hacer allí, sino alcanzar el valle de la Orotava lo antes posible. En medio de un trance visual, alcancé sin mucha dificultad el desvío donde girábamos a la derecha y comenzaba el descenso por un sendero precioso donde uno pudo soltar gemelos e isquios y hacer trabajar un poco a los cuadriceps.

Sendero nº 22 Lomo Hurtado, sendero nº 1 La Fortaleza, cañada de Los Guancheros y por fin el Centro de visitantes El Portillo. Nuevo avituallamiento sólido. Iba tan ensimismado con el espectáculo de la Montaña Blanca, que no recuerdo si llegué a parar. Pero bueno, hubiera parado o no, el tramo de carrera desde ahí hasta la Cruz del Dornajito era todo de bajada y había que lanzarse a tumba abierta en previsión de las sorpresas que nos pudiéramos encontrar por el camino. Bajé durante un buen rato (aprox. 9Kms) y me sorprendió ver lo cerca que estábamos del mar. Por un momento mire el Garmin 401 y no me cuadraban los metros de desnivel positivo que marcaba. En ese punto llevaba 2.500m. Me preguntaba donde estarían los 2. 600 restantes. Desgraciadamente para mí iba a tener mucho tiempo de comprobar donde estaban esos metros.

En el avituallamiento líquido de la Cruz de Dornajito (km 65 de carrera) me dijeron que el anterior corredor que había pasado por ese punto lo hizo 23’ antes que yo. Bueno, pensé que ni era mucho ni poco. Eso iba a depender de cómo me desenvolviera en el duro terreno rompe piernas que nos quedaba hasta el área recreativa de La Caldera. Pero eso iba a ser jauja comparado con la subida a Chimoche, y esta a su vez iba a ser de verano azul en comparación con el sendero de los Órganos y el Portillo del Topo. Pocas veces he pasado por un sendero tan bonito, tan espectacular y tan, tan, tan largo y rompe piernas. Yo miraba y miraba y sólo veía afilados y altos riscos, y no veía posibilidad de salir de allí.

Para más INRI, en lo que suponía ya la parte final del sendero me crucé con un chico de Tenerife Trail, con el brazo escayolado (lo siento, no recuerdo tu nombre amigo. ¿O debiera decir enemigo?) que me saludó por mi nombre ya que me conocía del blog y me dijo que lo tenía chupado. “Una subidita como esta en la que estamos. Llegarás a donde está la guardia civil y de allí te plantas en meta en menos de una hora” fueron sus palabras de ánimo.

La madre que parió a la subidita. No fue una. Fueron todo un rosario de subiditas y bajaditas. Incluso algun que otro llanito. Cuando ya parecía que podría salir de allí, hala otra subidita, y otra, y otra más……….Por un momento estuve a punto de sentarme y mandarlo todo al carajo. Estaba harto de subir y no acabar de bajar. En ese momento ya me cuadraba el desnivel positivo de la carrera. Y la madre que parió a la hora que me quedaba a meta. Al final creo que me fui por encima de las 2 horas desde ese punto a meta.

Y la madre que parió al Portillo del Topo! Más que Portillo, debieran de haberlo llamado Cabroncillo.

Sin ninguna duda fueron los kilómetros finales más duros que hice nunca en ninguna carrera. Que sufrimiento! Lo bueno era que no debía ir muy mal de ritmo, porque no me alcanzaba nadie por detrás. Ni siquiera los de la carrera de 52 que debieran ir como motos. Claro que ellos salián a las 08:00h y yo había transitado por el parador justo antes de que amaneciera.

Volviendo al punto de la prueba donde nos habíamos quedado, por fin llegué donde estaba la guardia civil y ahora sí que había bajada. ¿La bajada final? Ja! Y un cuerno!

Aquello bajaba que se las pelaba, pero en un punto la carrera se desviaba a la izquierda por pista en falso llano (buff! Menos mal) hasta el cauce de un arroyo, donde ¡Oh Dios! Tocaba volver a subir. Afortunadamente sólo fueron un par de zetas de sendero para coger a la derecha un PR con una bajada repleta de escalones de madera. No acabaron ahí las subidas y aun tocaba remontar algún que otro resalte, que a esas alturas de la carrera ya todo sobraba.

La bajada final de la prueba en busca de La Orotava tendría que estar cerca, pensé.  Pero iba a ser que no. Desembocamos en una pista con un cartelito que ponía Pinolere 3,6Kms. Vaya hombre! Solo nos faltaba llanear, después de tanta subidita, y en ese momento lo íbamos a hacer. Al principio me resistí a correr, pero viendo lo que quedaba a meta no iba a desperdiciar todo el trabajo realizado hasta ahí por unos Kms de llano. En aquel momento pasaron unos chicos en mountain bike, y aparte de animarme, me dijeron que tenía a un corredor a menos de un minuto. Si me faltaba motivación para correr ese tramo, ahí me acababan de dar un chute.

Alargué un poco la zancada, sacando fuerzas de flaqueza, y dos curvas más adelante distinguí una camiseta blanca. Me fui acercando y resulto ser el palmero José Israel.

Me extrañó que fuera él (la verdad es que pensé que sería el chico de Huesca) y cuando llegué a su altura y le pregunté que tal iba, y me dijo que mal, me sorprendió menos cuando me contó que se había olvidado los bastones en el parador. Vaya, le dije. Que faena con p.

Compartimos lo que quedaba de pista, hasta que por fin giramos a la izquierda para descender por un barranco (el del infierno, para más señas) en la que por fin resultó ser la dichosa y ansiada bajada final. Al coger el sendero, apreté el paso y el bueno de José Israel se fué quedando rezagado, circunstancia que aproveché para poner toda la carne en el asador (en mi caso, las verduras) y le di una vuelta más de tuerca al ritmo que llevaba para distanciarme todo lo que pudiera, en busca de la meta.

La cercanía de esta última era cada vez más palpable, porque empezaban a verse viviendas y el núcleo urbano de la Orotava cada vez se presumía más cerca.

Los últimos Kms eran de asfalto con una pendiente de bajada considerable, salvo un repechito en una curva que a más de uno seguro que le gripó el motor. En mi caso, con la ansiedad porque no me alcanzará Israel, corría como un palestino en la intifada y ni me enteré de la curvita de marras.

Todo llega en la vida, y la entrada de uno mismo en el centro de la Villa de la Orotava no iba a ser una excepción. Pero no podíamos acabar yendo directos y derechos a meta, no!. Había que alargar un poco más la agonía y tocaba callejear un poco antes de enfilar la recta final. Unas calles para aquí, otras calles para allá, Buff! ¿Y ahora porque no bajábamos y nos íbamos a la derecha llaneando? me preguntaba, sin respuesta. Por momentos no entendía nada.

Bueno, en un momento dado si que parecía que volvíamos a bajar. Se acababa la calle, llena de gente aplaudiendo por cierto, y girábamos a la izquierda. Veía mucho público, pero seguía sin ver la meta. Al final de la recta, aparecieron unos escalones y por fin el arco de la bluetrail.

Antes de subir las escaleras el gran J. David Lutzardo me chocó la mano y luego de subir los escalones se acabó mi participación en esta maravillosa y dura Tenerife Bluetrail.

Madre mía, que sufrimiento. Pensé que no iba a llegar nunca.

Lo primero que vi nada más cruzar la meta fue a Miguel Heras y Pablo Criado sentados enfrente del arco de llegada. 1º y 3º respectivamente. Me acerque a saludarles y me entero de que el bueno de J. David Lutzardo había hecho 2º. Impresionante el documento, que diría aquel. Entonces, echando mis cuentas, el chico de Huesca hizo 4º y José Israel, que hacía su entrada en meta en aquel momento, el 6º.

En fin, que me he vuelto a alargar más de la cuenta y aún queda lo mejor del fin de semana por contar.

El ambientillo postcarrera, ducha, masaje, paella, pizzas, Madrid-Barça, …etc….y el super almuerzo del domingo que da título a esta entrada por capítulos, pero todo eso y más, será en el último (esta vez sí) episodio de esta aventurilla por Tenerife.

martes, 19 de abril de 2011

TENERIFE BLUETRAIL. Escaldón, puchero canario y frangollo! Crónica de un almuerzo en la Cruz Del Carmen de la paradisíaca Anaga………….Anda! Y también de la carrera, claro……. PARTE 1ª (de se suponen 2)

Abandonaba uno la isla de Tenerife el domingo 17 de abril a eso de las 17:10 hora local con una sensación agridulce. Parecida a la que teníamos en la infancia cuando se iba acabando el verano y tocaba dejar el lugar de veraneo y volver a la ciudad.

Me iba contento de haber aprovechado a tope el fin de semana, con la Bluetrail finalizada en la buchaca, pero triste por tener que dejar la isla y un grupo de amig@s que me habían tratado a cuerpo de rey. Algun@s de los cuales para más INRI no pude despedirme. Lo siento Rocío, César y Cristian. Confiaba, como vosotr@s, en veros en el aeropuerto, pero al final no fue posible.

De quien si pude despedirme fue de una de las parejas más suigéneris que he conocido, Susana y Carmelo. De hecho, precisamente esa despedida en el parking del aeropuerto a donde me habían acercado en una flamante ranchera blanca, fue la última imagen que tengo grabada de este fin de semana intenso e inolvidable.

Antes hubo otras muchas imágenes e instantes para el recuerdo.

Y todavía hay gente que me pregunta por qué voy tanto a Canarias y se asombran de que no me pierda una carrera larga en las islas afortunadas.

Llevo 2 maratones del Meridiano, 2 transgrancanarias (aunque la de este año deportivamente no cuenta, por no haberla finalizado), 1 CruzaTenerife, 1 transvulcania y 1 Tenerife Bluetrail, que con la transvulcania de 2011, serán 8 viajes a Canarias en 2 años. O lo que es lo mismo, 4 viajes por año. 1 viaje al trimestre.

En todos y cada uno de los viajes, y en todas y cada una de las carreras, he hecho un montón de amig@s y ha ido creciendo mi admiración por la hospitalidad y simpatía de los canari@s, y también por sus montañas, degolladas, roques, lomos, cañadas …..etc….de las 4 islas que he tenido la suerte de visitar.

Si hasta hemos estado meditando la posibilidad de mudarnos a, posiblemente, Tenerife, aunque de darse, sería una opción un tanto remota.

En fin, vayamos con lo acontecido en el fin de semana. Y para eso, lo suyo es retroceder al viernes 15 de abril y situarnos en el sur de la isla, concretamente en Los Cristianos.


Pues después del “willifoggdesco” viaje desde la meseta peninsular narrado en la entrada anterior, uno acabó con sus huesos y su mochila en el apartamento 171 del complejo de apartamentos “Las Plataneras”, a escasos 500 metros del Centro Cultural, lugar de recogida de dorsales, y del puerto viejo de Los Cristianos, punto de partida de esta 1ª edición de la Tenerife Bluetrail.

Unos apartamentos rayando en lo mínimo aceptable en limpieza y comodidad, pero económicos (45,00 euros) y muy bien situados y con un personal muy amable.

En el episodio anterior, más centrado en narrar el viajecito ahorrador que me marqué, no mencioné que me dormí en el comodísimo y amplísimo avión de Ryan Air, y acabé con una contractura en las cervicales. Dada la situación y temiendo por la suerte de mi participación en la carrera, como si estuviera en un concurso, pedí el comodín de la llamada y contacte con mi mujercita para que me localizara un fisioterapeuta en Los Cristianos para ver si me arreglaba lo de las cervicales.

Uno no tiene una mujercita cualquiera, y en menos de un periquete (en un mírame la mano, que diría mi difunta abuela Mamá Pilar, que estará en el cielo) me llego un sms con los teléfonos y direcciones de 2 consultas de fisios.

Llamé a un tal Carlos Trapero, pensando que ni de coña tendría sitio para esa misma tarde, pero cual fue mi sorpresa cuando me dijo que tenía un hueco a las 18:30h.

Pues apúntame, le dije. A esa hora estaré en tu consulta.

Después de haber comido en el Restaurante Linares una focaccia y una pechuga de pollo (sí, ya sé que no como carne, pero de cuando en vez antes de algunas carreras le hinco el diente a algún pollastre, por eso de las proteínas más que nada…. No vaya a ser que con las que saco de legumbres y frutos secos no fueran suficientes….) volví a Las Plataneras para darme una ducha y ponerme de corto para salir al exterior.

Bueno, pues el amigo salió como para la bluetrail con mochila raidlight y todo. Eso sí con un mapa en la mano, vamos como si fuera un score urbano de una prueba de orientación, para localizar la consulta del amigo Trapero, el fisio.

Localizada la consulta, el hombre, muy profesional, me dio el masaje y me descontracturó las cervicales.

Como le vi tan eficaz (al fisio) le dije si había alguna posibilidad de que el viernes 15 (día de la carrera) pudiera pasarme nuevamente por su consulta para que me pusiera unos tapings en los gemelos, en previsión de que fueran a darme guerra en el paseíto que nos esperaba. A lo que me dijo que sí, que sin ningún problema. Que me pasara a las 19:00h y me los ponía.

Le comenté lo de la carrera y no tenía ni idea de que se fuera a celebrar. Bueno, él y creo que la mayoría de los habitantes y turistas de Los Cristianos. De hecho en todo el tiempo que estuve deambulando por la zona no vi un solo cartel anunciando la prueba. Tampoco a ningún corredor. Ni siquiera en el exterior de la fachada de la casa de cultura había ningún signo de que fuera a disputarse la Tenerife Bluetrail. Sólo si entrabas dentro había un panel grande con el logo de la carrera.

Algo sorprendente cuando en La Palma la transvulcania está anunciada por todos lados y en Gran Canaria la trans también.

En fin, cosas que escapan a nuestro entendimiento.

Después de salir del fisio y dado que estaba con ropa de trailrunner, salí a correr un poco y me subí a un volcancito con un nombre muy bonito, “Montaña Chayofita” y unas no menos bonitas vistas. Bajando del Chayofita y cuando me clavé una piedra volcánica en el juanete del dedo gordo del pié izquierdo, fue cuando decidí que saldría con las Brooks Cascadia nuevas y dejaría las Salomon S-lab 3 en el parador del Teide (Km 48) para la parte final de la carrera, buscando más protección en la mayor amortiguación de las Cascadia.

Una vez acabado el trotecito, tocaba volver al redil temporal para cenar algo y sobre todo descansar, aunque también beber mucho líquido para sobre hidratarse pensando en la carrera.

La noche transcurrió sin mayores contratiempos y la mañana y las primeras horas de la tarde del viernes también, ya que eran momentos de transición y de tensa y aburrida espera.

A las 19:00h acudí al fisio, que fiel a su compromiso, me colocó las cintas milagrosas en los gemelos y cuando volvía al apartamento ya para ultimar preparativos para la bluetrail, sonó el teléfono y era Carmelo Zerpa Armas, preguntándome si estaba alojado en Las Plataneras, a lo que contesté que sí. Casualmente él, su novia y unos amigos también tenían allí su campo base.

Me comentó que habían reservado para cenar a las 20:00h en un italiano, Il Piccolo, para más señas, y que si quería cenar con ellos. A lo que por supuesto dije que sí.

Nos encontramos poco antes de la hora fijada en la recepción, y allí después de saludarnos, me presentó a su novia, Susana. A Rocío y César, y a Cristian. Amable y cortésmente nos fuimos saludando tod@s y salimos en busca del Audi A3 de César que nos trasladaría al ristorante.

Una agradable cena, donde fluía el buen rollo, a la que se sumo Miguel Ángel a última hora fue el preámbulo a los preparativos finales para la Tenerife Bluetrail.

En esta ocasión había cambios significativos en mi indumentaria. Preparé para la bolsa que se dejaba en el Parador del Teide (Km 48 de carrera) un pantalón corto de Salomón, unos quads de Compresport, con pantorrilleras a juego, las zapatillas Salomon S-lab 3 y unos anacardos, dátiles, una botellita de magnesio y un mini redbull.
Y me puse las mallas de compresión EXO SLAB II SHORT de Salomón (blancas), una camiseta blanca de Pearl Izumi (modelo FLY TOP), calcetines arcoiris Injinji, gorra blanca de Raidlight, buff de la Gore Tex Transalpinen  Run, zapatillas CASCADIA 6 de Brooks y el Garmin FORETREX 401.

El control de dorsales era a las 23:00h y la salida una hora más tarde, cuando el viernes diera paso al sábado.

Salimos Susana, Carmelo, Cristian y yo mismo vestidos con nuestras mejores galas para la ocasión y Rocío, embarazada de 6 meses, y César con el embarazo propio de un buen marido, vestían ropa de calle, o de paisano como le gusta decir a un amigo mío.

Una vez en el paseo de la playa de Los Cristianos, ya se empezaba a ver ambiente de carrera, aunque había menos personal (167 tomarían la salida) del que uno esperaba. Al final habría cerca de 600 pax, pero sumando todas las distancias.

Bueno, una vez en la zona de salida empezaron a aparecer caras conocidas y alternarse besos y abrazos por aquí y por allí.

Nerea, Heras, Ser13gio Fdez, David Lutzardo, Goyo Armas, Arturo Herrera de León, José Carlos García, Javi Sánchez, Federico Blanco, José Israel, Víctor Delgado, Emilio Padilla, Héctor Romero, Basilio Bravo, Pablo Criado y Ana, y los incombustibles Lidia y Samuel Arroyo. Un placer saludarlos a tod@s, aunque seguro que me he olvidado de mencionar a alguien. Si así fuera, espero que sepa disculparme.

Con una noche esplendida, luna casi llena y una temperatura optima para correr, a las 00:00h se daba el pistoletazo de salida a la nueva CruzaTenerife.

Salieron 2 zumbaos en cabeza apretando, supongo para salir en las fotos, por el paseo del puerto viejo y cuando empezamos a callejear buscando alejarnos de Los Cristianos, ya el bueno de Heras tomaba la cabeza con Pablo Criado a su par enfilando las primeras rampas de asfalto que nos llevarían en busca de Arona.

Yo iba bien y me coloqué inmediatamente detrás de Pablo, justo en el momento que Heras subió un poco el ritmo, como si no le costase, y se fue perdiendo en la lejanía. Llegué a la altura de Pablo y por unos instantes fuimos juntos, hasta que se acabó la última subida de asfalto y enfilamos una pista de tierra que medio llaneaba, momento en que los 2 que abrieron carrera al principio se volvieron a colocar delante.

Después de una subidita medio dura, aunque corta por sendero, este último serpenteaba en falso llano hasta el núcleo de La Camella (Km 10). Los 2 de adelante me iban frenando un poco, pero no era cuestión de forzar un adelantamiento en un sendero estrecho en los primeros Kms de una carrera de 95, así que fuimos en fila india hasta entrar en la población donde en una subida de asfalto les adelanté.

Iba muy bien de piernas y de ritmo. Todo fluía (sobre todo los gases intestinales) y sólo una pequeña molestia en el isquiotibial de la pierna derecha encendía un poco las alarmas, recordando lo pasado en la trans.

La molestia siguió acompañándome, pero afortunadamente no iba a más, así que seguí corriendo como si nada. Con todo y sin buscarlo, resulta que iba el segundo en el avituallamiento sólido de Arona (Km. 12,5), aunque en esa distancia de carrera, aun íbamos todos muy apelotonados.

Me alcanzó un corredor de Huesca con el que compartí unos kilómetros, casi hasta Ifonche, Km 20, avituallamiento líquido, aunque no paramos, y donde nos cogió el palmero José Israel que venía como una moto con la marcheta de sus bastones.

Abandonado Ifonche la cosa se empezaba a empinar de verdad, y mis patitas acusaban lo escaso del entrenamiento y tuve que hacer andando más tramos de los que me hubiera gustado. Justo ahí me rebasó Pablo, que venía unos metros por detrás y muy a mi pesar ya no les volvería a ver el pelo ni a él, ni a Israel, ni al de Huesca.

Bueno, iba a lo mío. Intentando andar rápido cuando no podía correr y haciendo camino poco a poco.

Un poco antes de llegar a Vilaflor iba con la empanada y me pasé un desvío a la derecha y seguí subiendo por el sendero que traía y que me llevaba a un cruce más arriba donde no vi cintas ni marcas de la carrera. Busqué a izquierda y derecha alguna señal de la carrera y al no verlas, pasé unos instantes un poco aturdido, hasta que reflexioné y desandé el camino bajando hasta que me encontré con la última marca que había visto antes de perderme. Yo que bajaba y una luz que subía. Nos encontramos de morros y era el gran Ser13gio Fdez que también se había pasado el desvió, quizás confundido al ver mi luz.

Después de consultar el track de su GPS, decidimos retroceder un poco hacia abajo, cuando apareció otro corredor que se desviaba a su derecha (nuestra izquierda) en dirección a Vilaflor.

Le seguimos y llegamos al avituallamiento sólido de Vilaflor (Km 30) juntos, donde repuse líquido y comí algo. Una vez hecho el repostaje, seguí avanzando, siempre en subida. Ya estábamos cerca de la cota 1.500m. El frío se empezaba a sentir, aunque yo no me puse nada de abrigo.

Iban pasando los kms y también las horas, y llego al avituallamiento líquido del cruce de senderos (Km 34 de carrera) Un poquito antes se me unió el chico que encontré cuando me perdí antes de Vilaflor, que resultó ser Alexis, un viejo conocido de este modesto blog.

Justo en el momento que abandonábamos el núcleo de Galindo nos pusimos a hablar y a saludarnos, y pasamos por alto un desvío a la derecha en búsqueda del paisaje lunar, con lo cual afrontamos una dura subida de asfalto que no estaba en el guión de esta Bluetrail y nos la íbamos a llevar puesta de propina.

En ese despiste debió de pasarnos Ser13gio, que antes había parado a abrigarse, ya que le alcancé un poco más adelante, ya metidos en harina, en el paisaje lunar.

Sin darme cuenta me fui alejando de Alexis, al que ya no volvería a ver en toda la carrera, y me puse a la altura de Ser13gio, aunque no compartimos mucho recorrido porque llevábamos ritmos distintos.

Estaba en la zona del paisaje lunar y la cosa se ponía fea por momentos, a lo empinado del terreno, se sumaba un viento helado, que hacía que afrontara la interminable subida de picón a la Degollada de Guajara (km 40 y cota 2.400m) sin parar a abrigarme, pero sin dejar de andar y con los manos y brazos detrás en la espalda intentando protegerlos del viento y la cabeza gacha para que no se me congelara la cara y no se me volara la gorra. Conseguí salvar gorra, cara y brazos, pero las manos se me congelaban por momentos.

Por fortuna se acabo la subida y una bajadita técnica aparte de resguárdame del gélido viento me daba un poco de oxigeno al poder volver a correr. Aunque antes gire la vista hacia atrás y aparte de las luces de Sergio y Alexis vi. algunas luces más abajo, por lo que ya estaba tardando en poner pies en polvorosa.

Desde ahí ya fue toda mi carrera en solitario, sin volver a ver a ningún corredor hasta la parte final de la carrera, pero eso mejor lo contamos en la parte final, ya que esta es la parte intermedia.

Y siendo la parte intermedia, que mejor momento para un paradita técnica narrativa.

Continuaremos con el resto de la carrera y el fin de semana en otro escueto episodio.

viernes, 15 de abril de 2011

TENERIFE BLUETRAIL. Pre-crónica de vaya usted a saber que acaba saliendo de la participación propia, de uno mismo, en esta nueva historieta

Y es que viendo los precedentes deportivos del año en curso, uno ya no se atreve a decir esta boca es mía.
En fín, como siempre lo que tenga que ser, será y así lo contaremos....o no, quien sabe.
De momento lo que se puede contar es que estamos en Los Cristianos, en el municipio Tinerfeño de Arona, en el sur de la isla más picuda, por mor del majestuoso Teide, de todo el archipielago canario. Me dicen que también es la más montañosa, cosa que desconocia, fijate tú.
Podría escribir un libro sólo con el periplo que hemos tenido que recorrer para acabar en este turístico enclave canario, pero nos limitaremos a un "escueto" resumen, sobre todo porque se hace complicado publicar una entrada desde un locutorio donde casi se está más pendiente de como baja el saldo del contador que de lo que se va escribiendo.
Así que al grano:
Jueves 14/04/2011 sonaba el despertador a las 04:45h AM, hora penínsular, ducha, desayuno y preparativos para la carrera.
A las 06:10h AM salimos de nuestra vivienda de San Sebastian de los Reyes caminando dirección Alcobendas para coger a las 06:40h el bus que nos trasladaria a la terminal T4 del aeropuerto de Madrid-Barajas. Una vez allí, bus gratuito hasta la T1. Vuelo de Ryanair que partía a las 08:25h AM aterrizando en el aeropuerto de Gran Canaria sobre las 10:15 AM, hora insular. ¿Gran Canaria? Sí, Gran Canaria. Más tarde sabréis porque.
A las 10:30h desde el propio aeropuerto cogimos el bus 60 hasta la estación de guaguas de San Telmo. Desde allí el bus 12 hasta Santa Catalina, donde a las 11:00h el ferrybus gratuito de Fred Olsen nos trasladaba al puerto de las Nieves en Agaete.
Desde Agaete un ferry nos depositaría, junto al resto del pasaje, en el puerto de Santa Cruz de Tenerife. Un paseo hasta la estación de guaguas y el último bus del día nos llevaría a, por fin, Los Cristianos. Buff!!!!
Esta mini odisea nos recuerda a los tiempos donde nos dejábamos ver por barrancos, cuevas y simas. Donde muchas veces el trabajo duro de esa práctica espeleológica o de descenso de barrancos no estaba en la cueva o barranco en si mismos, sino en las aproximaciones que había que hacer hasta las entradas de los mismos.
Por cierto, buenos tiempos aquellos. Habría que volver a retomar esas actividades tan placenteras y reconfortantes. Claro, que para eso habría que dejar de correr o correr menos......Opps! vaya....
Bueno, volviendo al asunto ¿Y por qué todo este rosario de combinaciones? Pues, muy sencillo de explicar.
Fuimos andando y luego en bus a la T1 por ahorrarnos 28 euros de un taxi. Volamos Madrid-Gran Canaria porque el vuelo directo a Tenerife Sur estaba en unos módicos 380,00 euros. (hay que decir que por dejarlo para última hora) Y la combinación vuelo Gran Canaria, ferry Tenerife y bus Los Cristianos, nos hacía ahorrarnos aprox. unos 140,00 euros.
Nuestra condición humana nos hace resultar de lo más curiosos y,o, paradójicos.Y os explicamos el por qué:
La pasada semana nos dejábamos caer por el santuario de RANNING y no tuvimos ningún reparo en dejarnos cerca de 500,00 euros de nuestras propias arcas (no iban a ser de las ajenas) en diverso material deportivo, que por otra parte necesitábamos...........y una semana después por ahorrarnos menos de 150,00, nos tocaba hacer encaje de bolillos para viajar a la Bluetrail.
Personalidad compleja, que diría el psicólogo/a de turno. Tontos! que dirían los amigos/as.
Bueno, desajustes sensoriales al margen, eso no iba a ser lo peor del fin de semana.
Nunca renunciamos a nuestros origenes y como gallegos que somos, siempre nos acompaña la morriña. En este caso de no poder ver a nuestra mujercita que más nos quiere, Itziar, y a nuestro campeoncin, Luis.
Desde que hace ya (como pasa el tiempo) 5 meses y medio que naciera nuestro pequeño gran tesoro, nunca habíamos dejado de verlo día tras día, y ahora mismo cuando escribimos esto hace ya 2 días que no le vemos. Esto si que es duro y no la distancia y los desniveles de esta carrera con nombre de comic (siempre nos recuerda a Iguana Blue)
Esperamos que tanto sacrificio, acabe mereciendo la pena y podamos completar (hemos dicho Completar?) una buena carrera para dedicársela al campeoncin y a Itziar. También, aunque en menor medida, a tantos/as amigos/as que siempre han confiado, confian y confiarán en nuestras posibilidades
Intentaremos estar a la altura de las circunstancias en esta ocasión y trataremos de acabar tan rápido como podamos. O simplemente acabar como podamos, que no viene a ser lo mismo, pero para el caso.
Parafraseando al gran Esopo, que de fábulas sabía un poco, "Más vale tortuga segura en meta, que liebre incierta desperdigada"
La suerte está en el aire, como el amor. A veces puede resultar esquiva, aunque en nuestro caso siempre está de nuestro lado. Somos muy afortunados. Mucho. Y para muestra un ejemplo
Aqui estamos en una isla maravillosa preparados para hacer lo que más nos gusta y ansiosos de ver a tantos/as amigos/as............y mientras todo eso sucede o está en visos de hacerlo, tenemos la gran fortuna de contar con la comprensión y el cariño de dos autenticos ángeles. No de rubias melenas, ni de grandes alas, pero sí de un corazón desproporcionadamente bueno y generoso. Una un poquito más grande y el otro un poquito más pequeño.
¿Se puede pedir más?
Si, que estuvieran aquí con nosotros. Eso si que ya sería del todo perfecto.
Ay! Ansiedad de teneros en nuestros brazos....

Ah! La bluetrail! Si estamos aquí por ella........
Bien, cerremos esta pre-crónica indicando que ya nos  hemos acreditado y recogido el dorsal y el resto de parafernalia propia de estas historias. Ahora sólo queda descansar y esperar que den las 00:00h para salir pitando, silbando o lo que se tercie, pero siempre corriendo, corriendo, corriendo.......
Por cierto, nos ha tocado el dorsal 13. ("que mala suerte Leoncio, que mala suerte". Diría Tristón) No pasa nada. No somos supersticiosos. De quedarnos con alguna reacción a este caprichoso número de dorsal, preferimos quedarnos con la risita de Patán, el sinvergüenza perro de Pier Nodoyuna. Eso si esperemos que la carrera nos salga mejor que todas las jugarretas que él trataba de emplear.