domingo, 9 de octubre de 2011

HOKA one one Mafate. Test gracias a Ranning






Las HOKA one one Mafate, vistas por el fabricante que las fabrica que buen fabricador será. (por las maravillas que nos cuenta de ellas)

 Las zapatillas Hoka OneOne utilizan un concepto único de desarrollo que permite un rendimiento mucho mejor a cada pisada. El perfil de la suela es encorvado sobre la gran mayoría de su longitud: denominado el "rockering", abastece una transición eficiente del talón que pasa al empuje de la parte delantera. El rockering naturalmente le propulsa adelante y a menor coste energético a cada pisada.

Las zapatillas Hoka OneOne son las únicas de su categoría que utilizan la tecnología Oversize. Con 2,5 veces más volumen de EVA en la interfaz comparado con los zapatos de running estándar, ofrecen una absorción excepcional de los choques así como una sensación de comodidad bajo el pie. Este diseño sobredimensionado permite una pisada natural desde los caminos más lisos a los trayectos más accidentados.

Las zapatillas Hoka OneOne presentan un diseño único patentado similar a un asiento bajo y cóncavo. El pie es hundido de 20 mm a 30 mm en la suela intermedia con el fin de que el talón firmemente apoyado para obtener una aproximación precisa y una estabilidad óptima del pie. Además, este diseño permite una dinámica superior entre el pie y el suelo, a pesar de la fuerte amortiguación.

Las zapatillas Hoka OneOne también utilizan una suela un 35 % más ancha que las construcciones tradicionales, concebida para aumentar la estabilidad. Esta forma permite contrabalancear la altura asegurando comodidad y precisión Todos los tallos de nuestras zapatillas son integrados en paredes laterales flexibles y reforzadas y presentan sistemas de cordones aptos y cercanos para mejorar la estabilidad y el apoyo.

Toda la zapatilla Hoka OneOne está concebida para adaptarse a los diferentes terrenos tanto lisos y llanos como accidentados. Es por eso que la suela posee una gran variedad de grips cuya profundidad varía con arreglo al terreno. La entresuela también ha sido pensada para mejorar el agarre: la deformación obtenida permite un contacto constante con el terreno.

Las zapatillas Hoka OneOne están concebidas para ser ligeras. En sus categorías respectivas, se clasifican entre las más ligeras. Ayudan así a reducir el cansancio en el momento de distancias largas y son las compañeras perfectas de los que buscan realizaciones elevadas.
Peso 370 gramos en talla 10 UK. 44 2/3 EU.
Precio 145,00 euros.


Antes de pronunciarnos sobre el test de las HOKA, incidir en algunos aspectos importantes:
Esta entrada, así como la prueba y todo lo que la rodea, no hubiera sido posible sin la colaboración desinteresada de Ranning, que nos cedió el modelo sobre el que gira este post.
Las opiniones aquí recogidas debieran ser puestas en cuarentena, ya que son las primeras impresiones de un entreno de apenas 3 horas. Evaluar unas zapatillas requiere de un análisis mucho más profundo, que por descontado llegará en su momento, aunque seamos o no los más indicados para hacerlo.

La persona que firma esta entrada usa única y exclusivamente cuando compite zapatillas modelos S-LAB 3 y S-LAB 4 de Salomón, y este pasado año para entrenar aparte de las S-LAB 2, el modelo CASCADIA 6 de Brooks, con lo cual la objetividad o subjetividad de sus opiniones puede tener alguna incidencia con esta cuestión.

Time to fly? No sabemos si era tiempo de volar o qué. Lo que fue seguro tiempo de probar. Las Matafe Low de HOKA llegaron a nuestras manos gracias a Jesús y David de Ranning www.ranning.es que gentil y gratuitamente tuvieron la amabilidad y generosidad de cedernos un par de estas "discretas" zapatillas para que las probáramos y diéramos nuestra opinión sobre ellas para ver en que tipo de terrenos se desenvolvían bien, sabiendo con ello a que posibles clientes recomendárselas, antes de comenzar a venderlas como si fueran melones. Profesionalidad obliga, que se dice.
Se daba la circunstancia de que ellos mismos las estaban testando (como hacen con casi todos los artículos que venden) e incluso el brillante tercer clasificado en Tor Des Géants 2011, entre otras menudeces, el cántabro Pablo Criado, también.
En nuestro caso nos faltó tiempo para recogerlas en Paseo de Extremadura 157, de Madrid, y calzárnoslas para salir a La Pedriza con ellas.
Con salida desde el Tranco, remontando el río Manzanares hasta Canto Cochino, Collado Cabrón, Las Torres, Cuatro caminos, autopista de La Pedriza, Canto Cochino y de nuevo el Tranco, cerca de 3 horas en un recorrido muy técnico, 100% sendero, con variedad de terrenos, incluso los clásicos pasos de trepadas y destrepes, predominando la roca granítica propia del paraíso Pedricero.
Recorrido donde otros modelos de reconocidas marcas, como las Cabrakan de MIZUNO o las 312 de INOV, en su momento, hicieron aguas, no pasando la prueba del algodón. Sin embargo estas HOKA Mafate, si que, a pesar de su peculiar suela oversize, dieron la talla y pasaron el primer test. Aunque aún les queda demostrar que son aptas para otro tipo de terrenos, o incluso para estos mismos de La Pedriza, pero en condiciones de mojado. Pero, en cualquier caso eso será cantar de otro día.

En la mano se notan superligeras (aunque luego en la balanza, aún siéndolo, no lo son tanto. Dando 370grs en talla 10 UK) y los acabados se ven de muy buena calidad.
Puestas en los pies la impresión es de mucha comodidad. Las primeras zancadas son por asfalto (apenas 200m hasta coger sendero de tierra) y la primera sensación es como la de correr descalzo por una de esas colchonetas gordas de los gimnasios. En lenguaje biker sería como si acostumbrado a salir con una mountain bike rígida, un día lo hicieras con una btt de doble suspensión, o si en lugar de una doble de rally, lo hicieras con una doble de freeride.
Madre mía! Si voy flotando!
Bueno una vez en el sendero de tierra, la sensación de flotabilidad sigue vigente aunque se nota menos que en asfalto, a pesar de que cuando pisas alguna de las muchas piedras que empiezan a aparecer en el camino, esa sensación vuelve a acentuarse.
Da igual si pasas sobre guijarros, raíces, piedras pequeñas, piedras grandes o roca, con la densidad de la suela ni te enteras y la planta de los píes ni siente ni padece. Cuanto más duro es lo que pisas más notas la amortiguación. 

La adherencia sobre el granito es muy buena (al menos en seco) y sólo la excesiva flexión lateral de la zapatilla hace que no resulte del todo cómodo cuando pisas a media ladera, porque debido a esa flexión el píe bascula en exceso haciendo que los ligamentos de los tobillos sufran más de la cuenta y la sensación de seguridad en la pisada disminuya.



En la primera subida durilla camino del Collado Cabrón, la sensación es de, que con tanto balanceo del conjunto entresuela- suela de las zapatillas, se pierda eficacia y parecen lastrar un poco la ascensión. Pero, perfectamente puede ser sólo una cuestión psicológica por la falta de costumbre de una amortiguación tan radical. Al mismo tiempo, si miras al suelo y ves la dimensión de las zapatillas, tienes la sensación de correr con pies de plomo.

Después del Collado Cabrón en las primeras trepadas por la roca granítica el comportamiento de las zapatillas es bueno, tienen buen agarre y ya la flexión lateral incomoda menos que al principio.


A la hora de comenzado el test empiezan a recalentarse un poco las plantas de los pies. En parte debido al calor (sobre 28º C), a tanto tramo de granito y a que tampoco destacan por ser unas zapatillas muy ventiladas o fresquitas, sino más bien todo lo contrario.

Después de una zona donde se acumularon pasos de media ladera empezó a notarse una pequeña molestia en la parte interna del tobillo, fruto de la tan repetida flexión lateral de las zapatillas, al clavarse el último de los dos ojales metálicos finales del sistema de cordones (el resto de ojales son de cinta) ya que la lengüeta es corta y el borde superior del empeine queda en contacto directo con el pié. Nada que fuera a mayores, ya que sólo se manifestaba cuando se repetían tramos avanzando en diagonal o perpendicular a la pendiente.

Los cordones son geniales y no se desatan, como la mayoría. Con lo cual con una lazada simple es suficiente para mantenerlos fijos, cuando en otras zapatillas o haces lazada doble, o estás condenado a pararte un buen  número de veces.

Antes de finalizar la subida hemos notado una sobrecarga en los gemelos, seguramente porque el diseño de la entresuela de las zapatillas es más grueso detrás que delante, obligando con ello a correr como más de puntillas, forzando así gemelos y soleos.



Una vez superadas las Torres, al poco comienza el descenso en busca de Cuatro Caminos primero, de la autopista de La Pedriza después y finalmente del aparcamiento de Canto Cochino.
Las sensaciones bajando son buenas. Las zapatillas, en contra de lo que uno pudiera pensar, viendo todo lo que flexan, dan seguridad. Claro que no somos precisamente una buena referencia en esto de las bajadas, porque nos darían seguridad hasta unas bambas de La Tórtola. (Esto último si lo consideráis con tintes de chulería y, o, inmodestia, podéis hacer como que no lo habéis leído)
Piedras, raíces, tierra, da igual lo que te puedas encontrar bajando, pasarás por encima de todo ello como si fueras con unos muelles. Únicamente a la hora de saltar, hay que tener cuidado con el aterrizaje. No clavas igual que otras zapatillas convencionales, sino que tiendes a irte hacia delante. Si cayeras cerca de un muro, pared, roca o árbol, podrías llevarte un buen susto. Ojo a eso.
Al cabo de un rato bajando notamos que los dedos pegan en la parte de delante de la zapatilla. No porque no nos hayamos cortado las uñas, ni porque la talla no sea la que nos corresponde. Es por el diseño de la zapatilla. Curiosamente, al contrario que el conjunto entresuela-suela, que es exageradamente grueso, el hueco interior de la zapatilla para el pie (la altura) es bastante estrecho. Tanto que no admiten plantillas ortopédicas y es por esa estrechez de altura interior, que en las pendientes fuertes los dedos chocan delante.
No es cuestión de coger un número más, ya que la horma es muy ancha y cogiendo un número mayor posiblemente esa anchura también sería mayor, con la incomodidad que supondría un exceso de holgura del pie dentro de la zapatilla.
De hecho nos parecen unas zapatillas no muy indicadas para personas con el pie estrecho ya que les bailaría mucho dentro.
Quizás por esa anchura, lo que atenuaría los pies hinchados, se ven mucho en carreras de ultra distancia, sobre todo en Francia o en Italia como durante el pasado Tor Des Géants.


Concluyendo, diríamos que después de cerca de 3 horitas llegamos de nuevo al coche, en general, con unas buenas sensaciones acerca de las HOKA Mafate.
Cómodas, muy cómodas. Ligeras, aunque en las subidas, uno tiende a percibir que va un poco lastrado. Suponemos que será la falta de costumbre al diseño oversize de las zapatillas.
Un detalle que seguro que no pasará desapercibido es la banda sonora de las HOKA.
No, no es que os vayan a regalar un cd de vuestro grupo favorito con las zapas (aunque por el precio, bien podrían). El tema es que las zapatillas son sonoras. Vamos que suenan. Hacen un ruidito muy peculiar cuando impactamos con la pisada en el suelo, que es la entresuela EVA al comprimirse cuando pisamos y recuperar su forma cuando el pié está en el aire. No deja de ser algo curioso, pelín desagradable al principio pero a lo que te acostumbras.
Si tuviéramos que comprarlas, sin duda las compraríamos.
De momento, a falta de más pruebas, no las utilizaríamos para correr un ultra. Sino más bien para entrenar. Aunque una vez acostumbrados a la sensación de correr con ellas, quien sabe.
Son nuevas. Son diferentes. Siempre es bueno apostar por aquello que se sale de lo convencional.
Tallan igual que Salomón, por si alguien quiere pedirlas online sin haberlas probado.
Nosotros usamos un 10 UK en SALOMON y se corresponde con un 10 UK en HOKA.
Por descontado que las podréis adquirir a través de ranning y a buen seguro en otros puntos de venta, aunque no seremos nosotros precisamente los que los vayamos a publicitarlos.













lunes, 3 de octubre de 2011

ANILLO DEL VINDIO. Vuelta circular de Picos de Europa uniendo todos sus refugios. Parte II. La historia contada con gentil compás por uno más.


Muchos fueron los artistas invitados al evento,
Pero sólo cinco hicimos acto de presencia
Rivero, Jorge; Martínez, Jesús; Montes, Roberto;
Criado, Pablo; y este que sentencia.

Un quinteto que no era tal, como pudiérase creer
Porque habíamos de ser seis nombres
El último del Cares no tardaría en aparecer
Y una vez con Pacheco, David, nuestro destino, Sotres.

El sol caía a plomo sobre el aparcamiento
Mientras la liturgia de los preparativos
Nos entretenía por más que un momento
Que me llevo, que no? Todos dubitativos!

Deshojadas las margaritas del que vestir y que portear
Tocaban las fotos de rigor antes de empezar
Pero antes, a la fuente a por agua que cargar
Que mucho tiempo y trecho sin fuentes íbamos a pasar.

Dejamos atrás Sotres por pista encementada
Y subimos tranquilos en busca del Collado de Antesoles
De excursión con charla relajada
No en vano la mentalidad era ir sin sofocones.


En un mírame la mano, el collado superamos
Y después de una corta bajada
En la pista del Jito al casetón nos encontramos
Alternando paso con trote hasta la primera parada.

Un alto necesario para dar fe de nuestro paso
Foto de rigor con el reloj y refugio de fondo
Y Pablo llamando al guarda, pero este ni caso
Una breve espera y el grupo avanzaba unido.

Nosotros que subíamos y senderistas que bajaban
Ante su asombro, les hicimos ver que éramos la elite
Porque nuestras pintas así lo delataban
Y para que no existiera duda, mejor que cada cual se acredite.

Entre charletas y risas, llegamos al Collado de Valdominguero
Puerta de paso al temido canalón del Jidiellu
Aunque esta vez lo haríamos de bajada en plan dominguero
Que ya lo subiremos en la travesera venidera a deguellu.

Un poco de surf cresteando las olas de las pedreras
Y en nada nos plantamos en las Vegas del Toro
Parada técnica a quitar chinas de las deportivas
Y Roberto aprovechaba para dejar el coro.


No está bien y como buen conocedor de lo que nos espera
Decidió poner punto y final a su aventura
Consciente de que no se encontraba para dar cera
El resto seguimos, aunque pasamos de seis a cinco con amargura.

Primera fuente del camino en las Vegas de Sotres
Cargamos agua y seguimos gastando saliva
Pista arriba, haciendo un grupito de dos y otro de tres
Hasta que ante nuestros ojos aparece el refugio de Aliva.

Parada obligada, para la foto y abrigarnos
No en vano llevamos a la niebla de compañía
Y no está bien lo de tan pronto, enfriarnos
Coca colas, chubasqueros a flor de piel y vía.

Por momentos dudamos si cae lluvia fina
O si es la niebla la que nos humedece
En cualquier caso eso activa nuestra adrenalina
Pero el avance es más dificultoso de lo que parece.

Saludamos a Covarrobres y su horcadina
Y enfilamos la subida a cabaña Verónica
Donde entre la niebla distinguimos su cabina
Aunque el guarda que lo lleva es digno de crítica.

Tras un leve desencuentro con el mastuerzo
Afrontamos, felizmente de día, el tramo más expuesto
Por un lapiaz que pone a prueba nuestro esfuerzo
Menos mal que Pablo lo conoce tan bien como el resto.


En esa zona, buscando los tiros de Casares
Ante el asombro de Pablo, Jesús y mío propio,
Surge el romance entre dos charlatanes,
Jorge y David, se han desviado de la ruta en su idilio.

Llamados al orden por el líder del grupo
Vuelven a la senda con rictus jocoso
Y seguimos todos juntos de nuevo en equipo
Viendo el atardecer sobre Collado Jermoso.

No tenía la suerte de conocer paraje tan fascinante
Y pareciome un lugar arrebatador
Donde se ubica el refugio es impresionante
Y lo es más, si cabe, todo lo que hay a su alrededor.


Nueva dosis de coca colas, junto a unas viandas y la foto
Charlando con el guarda del refugio y personal adjunto
Y con las últimas luces del día salimos con cierto alboroto
Poniendo atención en la bajada para no llorar por un difunto.

Superado el descenso sin mayor sobresalto
Ya era noche cerrada en las Vegas de Asotín
Donde había que trotar con mucho tiento
Aparte de Pablo, que bien nos hubiera venido Rintintin.

Siempre bajo una niebla intensa y una lluvia pertinaz
Fuimos bajando hasta llegar a Cordiñanes
Paramos en la fuente de manera fugaz
Pues a Posada habíamos de llegar a comer algo más que panes.

Entramos antes de medianoche en la capital vadiniense
Donde había una gran expectación, aunque no por los del anillo
Creo que llegamos a ver un gol de Messi, déjame que piense
Y es que un Madrid-Barça tiene más tirón que nosotros brillo.

Más coca colas, unos bocadillos e incluso algún achuchón
Nos despedíamos de David con algo de tristeza
Pero debíamos de seguir camino sin más dilación
cuanto más tiempo parásemos, continuar era mayor pereza.


Abandonado David y dejando atrás las ultimas casas de Caldevilla
Por pista ascendente, en busca del Collado de Escobaloso
Con la euforia del momento no habíamos cargado agua en la paradilla
Suerte que antes del desvío a la Vega de Llos, había un manantial caudaloso.

La oscuridad de la noche, la niebla y la lluvia complicaban la orientación
Dentro de una zona boscosa donde parecía no existir camino a lugar ninguno
Pablo nos guiaba con una seguridad y aplomo dignos de admiración
Encontrando trazas de senderos de modo oportuno.

De esa guisa, ataviados con una mezcla de incredulidad y sorpresa
Porque nuestro hombre supiera el camino a seguir
Alcanzamos Vegabaño, donde hubo una pequeña sobremesa
Y el que suscribe, el resto del anillo trato de eludir.

Congelado, hambriento y cansado, la retirada la planeaba el diablo
Paramos, nos abrigamos, cominos y pregunto cuanto nos queda
A Vegahuerta tres horas y cinco a Vegarredonda, respondió Pablo
Habiendo entrado en calor, sigo, ya que parece que pueda.

La lluvia y la niebla eran nuestra santa compaña particular
Y como almas en pena, avanzábamos juntos en mitad de la noche
El Collado del Frade, Canal del Perro y Collado del burro, en gran angular
Por fin llegábamos a Vegahuerta sin mucho derroche.

Aquí pondríamos en práctica la técnica del sueño controlado
Antes al entrar al refugio, sus tres inquilinos pegaron un brinco
Disculpándonos, procedimos a comer y dormir según lo acordado
Diez minutos era la previsión y nos freímos cuarenta y cinco.

Bueno, de sueño corto pasamos a sueño largo
Pero como no hay mal que por bien no se arrime
al dejar el abrigo del refugio para salir del letargo
Nada de lluvia, nada de niebla y si una temperatura sublime.

Tanto fue así, que armados todos con nuestros cortavientos
Hubo que hacer una parada técnica para aligerar vestimenta
Y lástima, pero debió de ser ahí, por no estar atentos
Donde el ochomilista perdió parte de su herramienta.

Superada la Forcadona, aún sin romper el día
Bajamos hacia las barrastrosas por nieve dura
Hubo que atarse bien los machos demostrando nuestra valía
Ya que un resbalón podía conducirnos a la sepultura.

Amaneciendo que no era poco, pasamos el Jou Santo
Emprendimos descenso hacia Vegarredonda
A donde llegamos justo a las siete para el yanto
Con lo cual la jugada nos salió redonda.

Ya en la mesa dando buena cuenta del almuerzo
Jorge, nos comentaba que tenía la rodilla hinchada
Consecuencia del intenso esfuerzo
Y que lo mismo se quedaba a echar una cabezada.

Seguimos en busca del anillo, aunque de cuarteto pasamos a trío
Con mucha pena por el compañero caído
Bajamos al pozo de alemán con poco brío
Aún nos pesaba lo del piloñes, aunque también el desgaste sufrido.

Antes de llegar a Pan de Carmen
Un grupo de corredores salen a nuestro encuentro
Son Nicolás de las Heras y dos amigos, no se alarmen
Vienen a saludarnos ya que sabían del desafío nuestro.


Ellos nos ven bien, dicen, Aunque nosotros a ellos, mejor
El cansancio, la falta de sueño, el tiempo y la distancia
Van pasando factura y queda poco para llegar al umbral del dolor
También falta menos para el final y mejor pensar en esa circunstancia.

El tramo hasta Vega de de Ario se hizo largo y pesado
Apenas corrimos, andando el tiempo vuela y la distancia parece mayor
Pero no desfallecemos y llegamos incluso antes de lo esperado
Unos buenos bocatas y más coca colas premiaron todo lo anterior.



Nos despedimos de la simpática pareja del refugio de Ario
Y de unas guapas chicas que no sabían jugar al dominó
El  canal de Trea nos lo tomamos a título de inventario
Conservando la mecánica, nuestra posibilidad de éxito, aumentó.

En la senda del Cares, hubo una parada para estudiar daños
Plantas de los pies de uno y cuadriceps de otro, fue el balance
A los ojos de tanto senderista parecíamos extraños
Sería por vernos con aquellas pintas en aquel trance.

La providencia estaba de nuestro lado
Y a falta de Eva nos trajo un Adán
Con el que compartimos la parte final del trazado
Subiendo la dura Canal de Piedra Bellida al tran-tran.

Interminable la canal, pero cuesta del trave al fin
Llegamos a Cabrones y no hizo falta decir que éramos elite
Una señora lo dijo y una foto nuestra se llevo de botín
Unas coca colas sacó el del refugio, que estaba al quite.


Nos costó abandonar la zona porque estábamos henchidos de orgullo
Pero había que seguir, que el tiempo se nos echaba encima
Así que emprendimos la marcha, alejándonos del murmullo
Que maja es la gente que te hace subir la autoestima!

A pesar del ritmo cansino, llegamos a Urriellu en un pis-pas
Había mucha gente, aunque nadie como la señora de Cabrones
Una autentica pena, pero tampoco esperábamos palmas
Bajamos hasta Pandébano galopando como asturcones.


Un último esfuerzo y conseguiríamos el ansiado objetivo
Ante nuestros ojos Sotres, nuestro punto de partida y final
Apenas una bajada larga y una corta subida para un éxito masivo
Tres de los seis tuvimos suerte de finalizar,  pero este es un bien ganancial.

Roberto Montes Marcos, David Pacheco Casado
Jesús Martínez Novas, Jorge Rivero Hernández
Pablo Criado Toca, Chelis Valle Gallego.
Este anillo es de todos, pardiez!!





Como dice un proverbio chino:
“Si no cambias de dirección acabarás en el lugar exacto al que te diriges”