viernes, 23 de mayo de 2014

Si caminas siempre entre la multitud, nunca dejarás tu huella

Todas las cosas que nunca supimos que necesitamos
Parece que las tendremos en el final
El tiempo medido en tiempo libre y la codicia
Y para cuando nos llegue a pasar
Una cama flotante
Una cabeza de piedra
Un hogar conectado a cada telefono
Un kimono estampado con flores y corales
Color exclusivo y un corte solitario
No, no viene gratis
Pero es el precio que pagamos por la felicidad
No, no hables de más en la vida que esto
Sueña un mundo que tal vez nadie tenga
No, no pienses en toda la vida que perdemos
Traga la duda mientras el hambre crece
Finge que nadie lo sabe
Incluso si nos fijamos más en la mayoria
Nunca vamos a satisfacer al fantasma hambriento
Todas las cosas que nunca supimos que queriamos
Parece que las tendremos de todos modos
es seguro decir que no siempre esta mal
es mejor conseguir que retrasar
una pantalla de 3D
un hoyo más limpio
sacando un poco de cada éxito
adictos a la última gran pieza
diseño, capricho y crear el titular
No, no viene gratis
Pero es el precio que pagamos por la felicidad
Incluso si nos fijamos más en la mayoria
Nunca vamos a satisfacer al fantasma hambriento
Y todo eso que sabemos que nunca necesitamos
Bueno, es el precio que pagamos por la felicidad.
(The Hungry ghost-The Cure)































22/05/2014.
Localización: La Pedriza del Manzanares.
Especialistas: Maribel, Miguel Caselles, Luisete, Felix, Miguel, Javi Rguez Bodas.
Invitados de excepción: Arnulfo y Silvino (Rarámuris), y Salvador.

3 comentarios:

  1. Que bonita experiencia¡¡ y que tal persona son esos invitados excepcionales?, que les pareció "el sitio de tu recreo"?

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  2. Buff! estimado Kike.
    Impresionante la experiencia amigo.
    No sólo por lo excepcional de los invitados, sino por el aura que se creo en el grupito de mortales que les acompañamos.
    Bajo la batuta del genial Caselles, llevábamos desde principios de semana organizando el "paseo".
    La idea inicial de Miguel, era llevarles a Peñalara y a la Cresta de Claveles el jueves por la mañana; pero con el repentino giro de la meteo, esa opción era inviable, y se opto por la siempre agradecida y resguardada Pedri.
    En un principio la quedada era matinal, pero viendo que las condiciones climatológicas no mejoraban, se pasó en un primer momento a las 15:00h, para según avanzaba el día, cambiarla a las 16:30h, buscando una ventana de buen tiempo.
    Esa ventana no llegó hasta las 18:00h, que fue cuando enfilamos Manzanares arriba desde el Tranco en busca del paraíso pedricero.
    Uno tenía que pellizcarse a menudo para dar crédito a lo que estaba viviendo en vivo y en directo, que era correr donde tantas veces lo había hecho siguiendo la estela de dos leyendas (vivas) rarámuri.
    Canto Cochino, El Tolmo, Umbría de Calderón, Collado de la Vistilla.......y por fin, aprovechando el guiño de la meteo, subida y bajada al Yelmo por la clásica chimenea de su cara norte.
    Ellos (los rarámuri) encantados y sonrientes con el espectáculo granítico de La Pedriza y el resto, como niños con zapatos nuevos, desbordantes de emoción e ilusión.
    Verdaderamente fue muy emotivo compartir unas horas con esta gente, humilde y reservada como pocos.
    Si verles subir había sido sorprendente, por la facilidad y flotabilidad con las que superaban metros de desnivel, como si no les costase; a la hora de bajar, ya era más parecido a una danza acrobática -ríete tú del circo del Sol- por la destreza, seguridad y celeridad que transmitían sus movimientos. Exquisita la lectura que hacían del terreno a la hora de realizar los apoyos de los pies.
    Boquiabierto y ojiplático, "gopro" en ristre asistía en primera fila a la magistral lección.
    No tengo anillos, pero se me cayeron de golpe todas las medallitas que tenía de buen bajador viendo la elegante, grácil y rápida forma de bajar de, sobre todo, Arnulfo.
    Todo un lujo. Un sorprendente e inesperado lujo poder disfrutar de Arnulfo y Silvino por un marco tan incomparable como nuestra Pedriza.
    Todo gracias a ellos, por descontado, y a Luisete que los trajo desde La Granja y al maestro de ceremonias Miguel Caselles.
    Lo esencial del asunto era no abrumarles en exceso, cosa que a pesar de las innumerables y necesarias fotos aquí y allá, conseguimos.
    Gente extraordinariamente sencilla, reservada y como decía, humildes en el más alto concepto y expresión de la palabra humildes........pero, también, una vez cogida la confianza debida y en un ambiente sano y natural, sonrientes e inclusos habladores.
    No puedo negar mi entusiasmo y no me queda otro remedio que ir a las Barrancas de Cobre Tarahumaras para que mi mujercita e hijos conozcan esta cultura y a estas gentes.
    Un abrazo fuerte y mil gracias por tu interés

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  3. Me rehitero, que bonita experiencia¡¡, y ahora que la has descrito, (y se te nota el entusiasmo), me inunda una pizquita de envidia, es de las cosas que seguro recordarás en este año, por encima de dorsales, ritmos, y puestos.

    Un abrazo¡¡

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