martes, 22 de julio de 2014

Mis razones no son palabras, sino cosas que existen ellas solas. Alejadas en un silencio de estrellas fugitivas. (Celso Emilio Ferreiro)

O neno preguntaba

¿De que lugar iñoto vén o vento
e onde se vai o vento cando marcha?
¿Quen lle ensinou ao vento xeografía?

O neno preguntaba.
¿Dorme o vento no mar ou nas estrelas?
¿Dorme no val ou dorme na montaña?
¿Dorme no colo verde dos piñeiros?

O neno preguntaba.
¿Sabe que hai Dios o vento?

O neno preguntaba.
Iste vento que xoga cos meus rizos
¿Será o anxo da garda?
¿Será o vento a voz dos que están mortos?

O neno preguntaba,
pero o vento
fuxía indeferente pola gándara.

(Celso Emilio Ferreiro)


El niño preguntaba
¿De que lugar ignoto viene el viento
y donde se va el viento cuando marcha?
¿Quién le enseñó el viento geografía?
El niño preguntaba.
¿Duerme el viento en el mar o en las estrellas?
¿Duerme en el valle o duerme en la montaña?
¿Duerme en el regazo verde de los pinos?
El niño preguntaba.
¿Sabe que hay Dios el viento?
El niño preguntaba.

Éste viento que juega con mis rizos
¿Será el ángel de la guarda?
¿Será el viento la voz de los que están muertos?
El niño preguntaba,
pero el viento
huía indiferente por la gándara*.

 *Terreno bajo, no cultivado y lleno de maleza.


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