martes, 3 de junio de 2014

Si mi fue tornase a es, sin esperar más será; o viniese el tiempo ya, de lo que será después....





Quixote Legend Ultratrail 2014. Prólogo. (y vaya a saber usted, si incluso epílogo)


"Al fin, como todo pasa,
se pasó el bien que me dio
fortuna, un tiempo no escasa,
y nunca me le volvió,
ni abundante ni por tasa.
Siglos ha ya que me ves,
fortuna, puesto a tus pies:
vuélveme a ser venturoso,
que será mi ser dichoso
si mi fue tornase a es.

No quiero otro gusto o gloria,
otra palma o vencimiento,
otro triunfo, otra victoria,
sino volver al contento
que es pesar en mi memoria.
Si tú me vuelves allá,
fortuna, templado está
todo el rigor de mi fuego,
y más si este bien es luego,
sin esperar más será.

Cosas imposibles pido,
pues volver el tiempo a ser
después que una vez ha sido,
no hay en la tierra poder
que a tanto se haya extendido.
Corre el tiempo, vuela y va
ligero, y no volverá,
y erraría el que pidiese,
o que el tiempo ya se fuese
o viniese el tiempo ya".*

"No sé si he dicho a vuesa merced otra vez, y si lo he dicho lo vuelvo a decir, que cuando vuesa merced quisiere ahorrar caminos y trabajos para llegar a la inaccesible cumbre del templo de la Fama, no tiene que hacer otra cosa sino dejar a una parte la senda de la poesía, algo estrecha, y tomar la estrechísima de la andante caballería, bastante para hacerle emperador en daca las pajas". *

(*Capítulo XVIII. 2ª parte. Don Quijote)


Diversas y variadas circunstancias, de toda índole, que no vienen al caso me (permítanme, en contra de la costumbre adquirida, que hable en 1ª persona del singular) habían llevado a una situación atípica, paradójica y sorprendente; como lo era haber viajado en el tiempo durante la friolera de once meses, uno detrás de otro, sin colocarme un dorsal para competir en carrera alguna. O lo que es lo mismo, ninguna.
Justamente el periodo temporal que va desde el 28 de junio de 2013 -momento en el cual disfruté y sufrí a partes iguales los 85Kms del Ultra Trail Serra Da Freita, del sumo hacedor del trail portugués José Moutinho- hasta el pasado 30 de mayo, día de inicio de la edición de 2014 de la Legend Ultra Trail; a la que amablemente había sido invitado por Juan.
No vamos a perder tiempo en tratar de explicar esa travesía en el oasis de paz y tranquilidad deportiva propia, así que: Concretando; que, aparte de gerundio, es sinónimo de resumiendo.
Lo que sigue es un breve repaso a lo que fue mi vuelta al ruedo competitivo; que habiendo toreado anteriormente en peores plazas, con éxitos relativos o fracasos superlativos, en esta ocasión tocó salir con las orejas gachas y el rabo entre las piernas, entre el abucheo generalizado, por la brevedad del intento.

Balance deportivo: FRACASO CLAMOROSO Y ABSOLUTO.
Balance emotivo: ROTUNDO ÉXITO.

A fuerza de ser sincero, no puedo dejar de reconocer que si no fuera por mis amigos canarios Ortoll y David, posiblemente no me hubiera desplazado a Albacete para esta segunda edición de la Quixote Legend.
Pero hete aquí, que me había comprometido en su momento - en mi habitual papel de boca abierta llena de moscas- a compartir viaje con ellos, ya que volaban desde Tenerife a Madrid y estaban gestionando el transporte hasta Alcaraz.
-No os preocupéis dije yo. Así, con la boca bien grande. Como diciendo: -Tranquilos, que la logística del viaje Madrid-Alcaraz corre de mi cuenta.
Claro; esa pose, aunque sincera y espontánea de uno mismo, fue en el mes de febrero. Pero, pasado el tiempo, y  a una semana vista del inicio de la carrera, ya estaba uno buscando alguna alternativa para escurrir el bulto. No del desplazamiento de mis amigos, sino de la participación propia en la Quixote.
Finalmente, y como toda la gente que conocía que salía desde Madrid iba con sus vehículos llenos, para tierras manchegas que me fui con ellos.
Cargué muchas cosas en la maleta, como es menester en estas lides; pero ilusión y motivación para correr, las justitas.
Los 287kms que nos separaban de Alcaraz se nos pasaron en un suspiro. Este Ortoll es un tipo extraordinario. Sencillo, humilde, culto y versado como pocos. Con conversación muy amena y enriquecedora, las horas parecieron transformarse en minutos. Se le notaba emocionado con este reto y desbordada ilusión por los cuatro costado. Su amigo y compañero de equipo David, no le iba a la zaga.
Llegados a Alcaraz, localizamos el lugar de la presentación de la prueba y allí nos plantamos justo cuando esta terminaba. Había un piscolabis después de la puesta de largo, y entramos a saludar más que a piscolabear.
Muchas caras conocidas, otras de las que te suenan haber visto y algunas no vistas anteriormente.
Uno no acaba nunca de gestionar muy bien esto de desenvolverse con naturalidad entre las masas, sobre todo cuando a buena parte de ellos le pone nombre y apellidos.
Me siento un poco desbordado al ver a tantos amigos y conocidos, y tener la sensación de no acertar con el orden de los saludos, el tiempo que le dedicas a cada uno, el momento de interrumpir una conversación cuando alguien viene a saludarte, etcétera, etcétera......siempre acabo un tanto desorientado con estos encuentros. Sobre todo cuando ellos son los que están, y tu eres el que llegas.
No todo el mundo estaba allí, con lo cual el ritual de saludos, conversaciones y abrazos se repitió, primero en las acreditaciones y recogida de dorsales, y luego en la cena.
Una vez cenados, y cargados con los aperos propios de la carrera que facilitaba la organización, no quedaba otra que retirarse a los aposentos a descansar y tratar de dormir.
Yo tuve suerte y dormí plácidamente en la furgoneta hasta cerca de las 06:00h AM, hora en la que me levanté para desayunar, prescindiendo del desayuno que daba la organización, para volver a meterme un buen rato más en el saco, hasta 45' antes del inicio de la primera etapa.
Con puntualidad manchega a las 09:00h AM arrancaba la Quixote Legend 2014, con un recorrido casi idéntico al del año pasado, con alguna pequeña variación, pero que no evitaba que 21 de sus 47Kms fueran por las tan temidas y aterradoras pistas, de las que imponen un trotecillo un tanto brioso.
Sorprendentemente en lugar del esperado galope penoso, avanzaba a buen paso en un tercer grupo a pocas centenas de metros de la cabeza de carrera; que con el lógico discurrir del tiempo esa distancia iría en aumento en esa primera tirada larga de 15kms pisteros.
Entrados en montaña, abandonanos momentáneamente la pista para ascender al Pico Almenara, en cuya base estaba el primer avituallamiento, y volver de nuevo tras un bonito cresterio y un descenso no muy largo, a enlazar con otros 7kms de pisteo.
En ese tramo del Pico Almenara, además de otros ilustres, tuve la suerte de compartir carrera con leyendas vivas de esto del correr, como el rarámuri Arnulfo Quimare o el portugués y súper clase Carlos Sá.
Había salido casi a mochila descubierta. Sin geles, sin Recuperation en la única botella de 500ml de agua que portaba.Sin barritas. Sin más comestibles que unos pocos anacardos. Sin más extras que unas pastillas de sales. Bien es verdad que había dos avituallamientos muy completos, proporcionadamente bien distribuidos entre los 47kms de la etapa.
Afortunadamente uno tiene la asentada ventaja de necesitar comer poco, beber poco, descansar poco e incluso, dormir poco.
En esos alegres y soleados momentos iba bien de piernas, de fuerzas y de todo lo que uno precisa para desenvolverse con soltura, elegancia y prestancia en una prueba de este tipo, que ya conocía del año anterior.
Pero hete ahí que en la última subida de la jornada los gemelos empezaban a inquietarse y, por consiguiente, algún signo de preocupación sobrevolaba  mi cabezota. Ya costaba algo más correr cuesta arriba, pero aún así fui haciendo subida con la dignidad propia de quien se sabe que puede y debe apurar sus opciones de intentar estar lo más adelante posible.
Con la fe ciega que me daban los diez kms de bajada final, aflojé un poco el ritmo para minimizar los daños en los gemelos.
Una vez coronado el pico, me las prometía muy felices, pues imaginaba soltarme el pelo bajando; pero el destino me tenía reservado otro fin de fiesta, cuando al aterrizar de un pequeño salto y justo en el momento del contacto con el rocoso suelo se me subieron los dos gemelos a la vez.
Tuve que tumbarme en el suelo, porque no aguantaba de pié el dolor gemelar.
Paró un chico pelirrojo muy simpático y dos más que venían detrás para ayudarme, pero les dije que se fueran que llamaba a los de la ambulancia que estaban al lado, para que me aplicaran gel frío o reflex.
Con celeridad se aproximaron dos sanitarios de la Cruz Roja, supongo que pensando que me había ferido, y ya les tranquilicé diciendo que aflojaran el paso que era un simple y leve tema muscular.
Una vez conseguí ponerme a dos patas de nuevo, me aplicaron el Reflex y agradeciendo la atención recibida, comencé a trotar viendo aliviado que el bloqueo había cesado y aún con dolor podía reemprender la marcha.
Bastaron apenas unos cientos de metros para alcanzar a los tres corredores que me habían adelantado mientras penaba en el suelo y que se interesaron diligentes por mi estado, y una vez rebasados puse velocidad de descenso para disfrutar de una larga bajada hasta la meta, conocedor de que la mayoría de los que me precedían por unos pocos minutos caerían ante mis buenas dotes de bajador.
Pero el cántaro de leche nunca llegó al mercado con aquella presteza, aquel aire sencillo y aquel agrado esperados. Y no hubo dinero, ni canasto de huevos, ni cien pollos, ni cochino, ni robusta vaca con ternero......el cántaro cayó y la leche se derramó, y  Adiós leche, dinero, huevos, pollos, lechón, vaca y ternero.
Y ya lo advertía Samaniego en su moraleja de esta fábula: -No anheles impaciente el bien futuro, mira que ni el presente está seguro.
El tropezón fue de órdago y el castañazo subsiguiente, causa efecto del anterior, lo fue de muerte súbita.
Quedeme tirado en el suelo sin quejido, pero con miedo a levantarme por no ver los daños acontecidos.
En estas llegó el corredor pelirrojo y después de interesarse sobre mi estado, me dijo que no se podía bajar de esa manera, que no merecía la pena jugarse el tipo.
Es claro y evidente que él no tenía porque conocer que bajando uno no acostumbra a tropezar y si a volar con gran seguridad y aplomo, y el historial de caídas en carreras lo mantiene casi inmaculado.
Unos cuantos minutos después, y una vez comprobados los desperfectos, que lo fueron de chapa y pintura en el hombro, brazo, antebrazo y mano derecha, posible microfisura en el dedo índice de la mano izquierda y fuerte golpe en los dedos del pié izquierdo, que fueron los que se llevaron de lleno el primer impacto del tropiezo, emprendía la marcha dolorido y cabizbajo.
Acabado el primer tramo de sendero, salimos a una pista en ligero descenso donde no pude correr, porque se me subían los gemelos. Así que trotando, parando, caminando, corriendo, fui perdiendo altura en busca de la meta.
Lo curioso fue que en el tramo final del recorrido que volvía a ser sendero, conseguí volver a correr y mantener un ritmo alegre hasta el final.
En esta primera etapa fue todo un lujo compartir muchos kms con José Luis Ortoll, su compañero David, Arnulfo Quimare, Carlos Sá, José Pereira, Joao Gonçalves y dos chicos muy simpáticos que parecían el dúo sacapuntas. Uno alto y delgado y el otro pequeñito, que iban de azul y verde, respectivamente, y con los que hacíamos constantemente la goma, yo quedándome en las subidas y ellos en las bajadas.
Algunos tramos, aunque menos, compartimos también con el chico pelirrojo de 2h34' en maratón de asfalto, y Pablo Criado y su socio italiano.
Pues esto fue lo que dio de si, deportivamente hablando, para uno mismo la primera de las tres partes de la Quixote Legend 2014. (jejeje,en esos momentos desconocía que no habría tercera, y que la segunda acabaría como el rosario de la aurora)
 
Fotos en la web de la prueba




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